Bautizo de submarinismo y Snorkel nocturno

Por Alberto Galofré.

20

SEPTIEMBRE 2017

Associació
Sortides
Socis

8 de julio de 2017. Amaneció lloviendo en Barcelona. En Tossa de Mar estaba nublado, pero el tiempo no iba a fastidiarnos el fantástico plan que teníamos por delante. 

Nos encontramos a la hora de comer para coger fuerzas para la inmersión. Después, nos reunimos en el centro de buceo donde nos impartieron una pequeña charla antes del bautizo: cómo funcionaba el equipo técnico, la botella, el respirador, cómo ponernos las máscaras y algunas otras medidas de seguridad relacionadas con cómo comunicarnos debajo del agua con las diferentes señales de submarinismo o cómo descomprimir los tímpanos de los oídos para evitar el dolor con la presión del agua al descender. Mientras tanto, los que ya tenían alguna licencia para practicar buceo, se preparaban para bajar a la playa.

Tiempo nublado en Tossa de Mar.

Fotografía de nuestro socio Hector Vázquez.

Una vez explicados todos los conceptos teóricos y las medidas de seguridad nos dieron los trajes de neopreno y los escarpines. Los monitores del centro organizaron todo nuestro equipo y nos subimos a las furgonetas que nos llevarían a la playa de la Mar Menuda, donde acabamos de prepararnos todo el material: los plomos para contrarrestar la flotabilidad del traje, los chalecos con la botella de aire, las máscaras, las aletas… Una vez en el agua nos dividimos en diferentes grupos: un instructor por cada idos principiantes. Nos pusimos las aletas y empezamos a respirar bajo al agua, aclimatándonos al nuevo medio, acostumbrándonos a la nueva sensación para poco a poco ir adentramos en la profundidad del mar.

Foto de grupo en el centro de buceo.

Fotografía de L’Àmfora. Centre d’immersió.

En la playa preparando el equipo.

Fotografía de nuestra colaboradora Mª Ángeles Corral.

Al entrar al agua empezamos a descender poco a poco, practicando las diferentes señales que nos habían enseñado en la clase teórica. Cuando ya estábamos más a gusto dentro del agua pudimos empezar a fijarnos en los diferentes peces que había entre las rocas y así como otros invertebrados como gambas o anémonas. Identificamos algunos peces gracias a la charla que Gonzalo Jara nos había impartido el miércoles anterior en el local de la AAB: algunos chromis, gobios o cangrejos simbiontes de las anémonas. Cuando bajamos a una profundidad un poco mayor y nos fijamos en la zona entre rocas pudimos ver alguna morena, pulpos y más gambas. Mientras observábamos la cantidad de seres vivos que teníamos ante nosotros, también teníamos que estar atentos a nuestra flotabilidad, equilibrarnos, pero poco a poco empezamos a movernos como pez en el agua. Después de un rato de disfrutar del mar, hicimos algunas fotos de recuerdo y poco después empezamos a ascender hacia la superficie cerca de la playa, donde fuimos saliendo por turnos.

“…observábamos la cantidad de seres vivos que teníamos ante nosotros.”

Los primeros comentarios al salir del agua fueron todos bastante Parecidos: “¡Vaya pasada!”, “Tenemos que repetir” o “Nos tenemos que sacar el open water ya mismo”. Todos acabamos comentando qué especies habíamos visto y disfrutando de una charla sobre las mismas camino a la furgoneta que nos llevaba de vuelta al centro de buceo. Después de ducharnos y cambiarnos, bajamos a Tossa de Mar a cenar, para posteriormente hacer una salida de snorkel nocturno, esta vez por libre.

Ricard dando señales de que todo va bien.

Fotografía de L’Àmfora. Centre d’immersió.

Pareja de socios buceando.

Fotografía de L’Àmfora. Centre d’immersió.

Después de cenar, nos acercamos de nuevo a la playa. Hacía viento, y a pesar de ser mediados de julio, hacía algo de fresco. Todos estábamos un poco dubitativos, sobretodo porque todo el dia hubo mar de fondo y el agua estaba un poco turbia. Finalmente decidimos que ya que estábamos ahí teníamos que al menos intentarlo y meternos al agua. Una vez preparados con nuestro equipo personal ( bañadores, trajes cortos y algún que otro traje de neopreno), así como diversas linternas subacuáticas, empezamos a chapuzarnos poco a poco en el agua, sintiendo los primeros escalofríos. Fuimos encendiendo las linternas, y al entrar en el agua, el frío se hizo parte de nuestro cuerpo, pero nuestra mente se despejó al ver semejante maravilla. Descubrimos que bajo la superficie de un mar de plata, iluminado por la luna llena, se escondían un montón de pececillos que brillaban ante nuestras linternas. Un poco más adentro, Gonzalo nos enseñó cómo, al agitar el agua, podíamos ver unas chispitas de color verde fluor: se trataba de plancton que, al agitarse, generaba luminiscencias. Durante la salida pudimos ver escórporas, pulpos, alguna morena y grandes bancos de pececillos de diferentes tamaños. Finalmente, cuando empezábamos a coger frío, fuimos saliendo cada uno a su propio ritmo. Todos concluimos que a pesar de haber pasado algo de frío, había valido la pena.

 

Foto de grupo bajo el agua.

Fotografía de L’Àmfora. Centre d’immersió.

Teníamos que repetir tanto la salida de snorkel nocturno como el buceo. Para finalizar la noche, una última foto de grupo con el faro de Tossa de Mar de fondo. Sin duda, una experiencia única que os animo a realizar si tenéis la oportunidad. Y si no tenéis la oportunidad, siempre tenéis la posibilidad de formar parte de nuestra asociación, haciendo clic aquí, y formando parte de nuestro grupo de amigos (nuestra familia) para disfrutar de las actividades que organizamos por y para nosotros.

Foto final de grupo.

Fotografía de Ramón Galofré.